lunes, 12 de septiembre de 2011

La leyenda del búho

En el bosque transcurría la vida alegre y tranquila,pero los animales se aburrían mucho. Hacía mucho tiempo que los cazadores no iban por allí.

-¡Qué aburrimiento!- dijo el conejo.
- ¿Qué podemos hacer?- preguntó la tortuga con gran hastío
- ¿Por qué no hacemos una fiesta?- propuso la paloma.
- ¿Y qué celebramos?- dijo el perro.
- No sé, cualquier cosa, lo importante es que nos divirtamos un rato - expresó entusiasmada la paloma.
- Pero siempre que hemos hecho una fiesta, ha sido para celebrar algo- aclaró el perro.
- ¿Por qué no hacemos un concurso para ver quién es el más inteligente? - propuso el conejo.
-¿Y quién hará de jurado? ¿Quién decidirá quién es el ganador?- cuestionó la paloma.
- ¿Por qué no se lo proponemos a los humanos?- propuso el perro.

Los animales acudieron al hombre para explicarles su problema. Los hombres accedieron a preparar las pruebas y a valorar las cualidades de cada uno. Mientras tanto los animales se encargarían de avisar al resto de los habitantes del bosque y los citarían a todos en medio del bosque.

Todos los animales acudieron a la cita emocionados y con gran ilusión de ganar, todos, menos el señor búho. A él no le gustaban las fiestas ni el bullicio.
La primera prueba era resolver operaciones matemáticas. Los animales debían hacer sumas y restas. Muchos de ellos no lograron superarlas, ya que no sabían como resolver este tipo de actividades.

La segunda prueba fue una ghynkana. Esta prueba consistía en buscar con un mapa unos medallones que los hombres habían escondido.
Los ganadores de dicha prueba se sentían muy orgullosos de haber sido capaces de pasar unas pruebas tan complicadas.

- Ahora debéis pasar la peor de las pruebas - dijo un hombre.
- Esta prueba es difícil de resolver. Tan difícil que hay hombres a los que les cuesta mucho realizarlas y otros no son capaces de conseguirlo - explicó otro.

Los animales quedaron en completo silencio. Estaban deseosos de saber cuál sería la última prueba. ¿Qué tendrían que hacer? y sobre todo ¿quién de ellos sería capaz de resolverla?
De pronto, el silencio se rompió con la voz de un hombre que se decidió a explicar la prueba:

-La última prueba consiste en descifrar un enigma. Una vez resuelto debéis acudir con el resto de los animales al centro del bosque para dar la solución y preparar la fiesta.

Los animales se volvieron a quedar en silencio y prestaron mucha atención para escuchar bien el enigma.

- El enigma es el siguiente:

"El más inteligente será
aquel que me logre descifrar.
Sólo hay un animal
más inteligente que los demás.
Un animal capaz de andar,
nadar y volar".

Los animales no sabían cuál de ellos podría ser la respuesta al enigma. Los pájaros eran capaces de volar y andar, pero no nadaban. Los peces sólo podían nadar. Las ranas nadaban pero no volaban ni andaban. ¿cuál sería ese animal?

El perro se adentró en el bosque para ver si allí encontraba la respuesta. Miró uno a uno a todos los animales, pero siempre había algo que no podían hacer. El animal que volaba no nadaba y el que andaba no volaba ni caminaba.

- ¿Cuál es la respuesta? - decía el conejo - ¿qué animal será?
- ¿Qué te pasa conejo? - preguntó el búho.
- No soy capaz de averiguar el enigma que los hombres han mencionado. Quiero ser el más inteligente, pero no sé cuál es la respuesta. - respondió angustiado el conejo.
- ¿Todavía seguís con ese estúpido concurso?- cuestionó el búho riéndose.
- ¡No es una tontería!se trata de ser él más inteligente. - dijo enfadado el conejo.
- No te enfades. Dime el enigma, a ver si te puedo ayudar.

El conejo citó el enigma al búho y este fue a su casa.

- ¿Qué haces?

- Espera que voy a buscar en un libro que tengo, para ver si encuentro la respuesta.

- ¿Sabes leer?- articuló sorprendido el conejo.

- Sí, hace tiempo que aprendí- aseveró el búho.

- ¿Cómo aprendiste?- insistió intrigado el conejo.

- Me gusta aprender cosas y presto mucha atención en cómo los que son capaces de hacerlas las realizan. Luego practico hasta que consigo hacerlo yo también.

- ¡Vaya! - exclamó asombrado el conejo.- Nunca había conocido a ningún animal que supiese leer.

- ¡Aquí está!. Es el hombre. Él es el único animal capaz de hacer esas cosas.

- Muchas gracias por ayudarme.

El conejo fue corriendo a buscar a los animales y llevarlos al centro del bosque para dar la respuesta. Corría felizmente y nervioso, ya que quería ser el primero en dar la respuesta. Mientras tanto el búho vio a los hombres cogiendo hortalizas.

- ¡Mm! ¡Qué raro! ¿Los hombres cogiendo comida para nosotros? - se dijo el búho a sí mismo - Los seguiré, no se por qué pero no puedo confiar en ellos.

Los hombres llegaron al centro del bosque cargados con zanahorias, hierbas, frutos,...para celebrar la fiesta. También invitaron a la fiesta a sus mujeres e hijos, ya que querían que ellos supieran cuál era el animal más inteligente de todos.

El conejo se puso en el centro de todos los animales y un hombre le dijo:

- ¡Conejo! ¿Cuál es el animal que es más inteligente que los demás que puede andar, nadar y volar?

El conejo dijo: ¡El hombre!

- Muy bien conejo.

Los animales le aplaudieron admirados, ¡qué animal más inteligente! ¡había sido capaz de solucionar el enigma!

- Ahora celebraremos una gran fiesta para festejarlo. - continuó el hombre.

De pronto, cientos de redes saltaron sobre los animales, los cuales asustados, intentaban fugarse.

- ¿Qué es esto?- dijo la paloma angustiada.

- ¿Qué hacéis? - preguntó el castor enfadado.

- Solo hay un animal que es más inteligente que los demás- respondió un hombre riendo.- Os hemos engañado, hicimos vuestro concurso solamente para cazaros y comeos. Haremos una fiesta, pero para nosotros jejeje.

Los animales lloraban desconsolados. Mientras tanto, los hombres preparaban las verduras, las mesas,... para celebrar el banquete.

Al anochecer, estaba todo preparado. Los hombres y sus familias fueron a ataviarse con sus mejores vestidos. Entre tanto, el búho que había estado vigilándolos y que sabía lo que había sucedido. Voló rápido a la mesa, cogió uno de los cuchillos con su pico y cortó las redes.

Los animales escaparon rápidamente y se adentraron en el bosque. Cuando los hombres regresaron, ya no quedaba ningún animal.

Esa noche el búho reunió a todos los animales.

-Debemos hacer algo. - gritó furioso el búho.

- ¿Hacer? ¿De qué hablas?- cuestionó el perro.

- El hombre estará enfadado e intentará volver y cazarnos.

- ¡Pero ahora estamos libre y podremos escapar!- expuso la paloma.

- El hombre es muy inteligente, tiene muchas armas y trampas. Al final nos dará caza si no hacemos nada por evitarlo.

- ¿Qué podemos hacer? - preguntó el castor.

- Id a dormir, yo vigilaré y buscaré una solución.

Los animales descansaron toda la noche. a la mañana siguiente dijo el búho.

- Debemos unir nuestras fuerzas y atacar al hombre. No le haremos daño, sólo los asustaremos. Dejadme primero que hable con ellos.

El búho explicó su plan a los animales y luego fueron a buscar a los hombres, los cuales se estaban preparando para ir a cazar. Llevaban sus armas al hombro, sus caras estaban pintadas y sus ojos estaban llenos de rabia y coraje.

El búho se presentó frente a ellos y gritó:

- ¡Nos habéis engañado! Nosotros confiamos en vosotros y ahora vamos a castigaros por vuestra deslealtad!

- Jajaja, ¿qué van a hacer unos cuantos animalillos frente a nosotros, somos más inteligente y fuertes? - rieron los hombres.

-Sí, pero os ganamos en número - añadió el búho.

En ese momento, salieron cientos de animales por todas partes y rodearon a los hombres. El cielo se oscureció, ya que miles de pájaros cubrieron la luz del sol.

Las caras de los hombre se empalidecieron.

- Si queréis seguir con vida, debéis marcharos del bosque y no regresar nunca más. ¿Qué decís?

Los hombres se reunieron y hablaron entre ellos.

- Es cierto que somo más fuertes, pero nos superan en número. - expuso un hombre.

- Además nos tienen rodeados y aunque consiguiésemos matar a algunos, no podríamos con todos - aclaró otro.

Al final los hombres accedieron a irse del bosque y a no volver más.

Desde ese día, el búho se conoció como el más inteligente de los animales y no volvió a dormir de noche, ya que no confiaba en la palabra del hombre. Noche tras noche escuchamos al búho diciéndole a los animales que descansen, que él vigila sus sueños y les recuerda a los hombres que no deben romper su promesa.

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